Cherreads

Chapter 2 - Último adiós

El proceso de llevar a los semidioses caídos tomo más tiempo del requerido porque hacía falta consolar a algunos para que pudieran seguir con su labor. El olor a muerte era desesperante, asi que se decidió no posponer más la ceremonia fúnebre.

Hefesto llego a un acuerdo con las ninfas del bosque para poder desinfectar el campo de batalla de la sangre y los restos de monstruos que estaban regados por todas partes. Asi que se decidió incinerar parte del bosque con la condición de reforestarlo en la brevedad posible. Las ninfas ayudaron a llevar la cuenta de árboles, asi como la clase de árbol, para poder dejar el bosque en su estado original o lo más parecido. Grover y Juniper tuvieron una ardua labor, aunque finalmente Juniper convenció a Grover para que estuviera con Percy en todo el proceso que estaba por venir.

A las recientes muertes se añadieron las de Clovis y Lou, quienes no pudieron resistir a pesar de todos los esfuerzos que se hizo por sanarlos. Era aterrador para los que estaban atendiendo a los semidioses tener que ser los portadores de malas noticias. Hefesto y sus hijos tuvieron un arduo trabajo para habilitar habitaciones para usarlas como enfermerías y como morgues provisionales. Por otra parte, las cazadoras restantes, que no eran muchas empezaron a ponerse nerviosas al no tener noticias de su señora. Phoebe fue la primera en acercarse a Hestia, una diosa sencilla como para responder a su pregunta.

—Mi señora —Llamo la atención de la diosa más pacífica del Olimpo, ella estaba con su mirada fija en Atenea, pensando que podría hacer algo estúpido como perturbar nuevamente a Percy, quien estaba dirigiéndose a las puertas de la morgue improvisada luego de un tiempo de espera. Poseidón no se despegó de Percy para darle todo el apoyo que necesitara.

—¿Phoebe no es asi? —a pesar de lo duro que era todo esto la diosa del hogar no perdió su gracia para con los semidioses.

—Si mi señora Hestia ¿usted sabe el paradero de lady Artemisa? —la pregunta perturbo un poco a Hestia porque no sabía que debía decir con respecto a eso. Tal vez aun no era tiempo de decir todo con respecto a Artemisa. Solo necesitaban saber ciertas cosas.

—Ella… —susurro pensado en que cosas debía decir.

—¿Le paso algo? —la mirada de Phoebe era de preocupación mezclada con un poco de ansiedad.

—Ella fue llevada a Olimpo… eso es todo lo que puedo decirte —era cierto, pero también sentía un gran pesar de no poder revelar nada más, eso dejaba demasiado espacio para la especulación.

—¿Que va a pasar con nosotras? —Thalia apareció en ese momento al igual que Zeus, a pesar que no había una gran relación con sus hijos Zeus tenía una preocupación por ellos. Y Artemisa no escapaba a esa preocupación, siendo su hija una diosa no la excluía de sus pensamientos. Su futuro y las cosas que tendrían que discutirse con respecto a ella serian dolorosas y tal vez terminarían por destruir a Artemisa misma. Tenía que pensar en algo.

—Supongo que tendremos que llevarlas a Olimpo para que puedan reunirse con Artemisa —Zeus le respondió con una sonrisa ligera tratando de despejar la preocupación de ambas cazadoras. Pero ese momento se rompió cuando Hestia abruptamente se separó del grupo para dirigirse hacia la posición de Percy.

—¿¡Que creen que están haciendo!? pregunto con enojo la diosa cuando vio que algunos hijos de Apolo tiraban del cuerpo de Annabeth mientras que Percy luchaba a toda costa por aferrase más a ella. La pregunta de la diosa no fue respondida, antes bien Apolo se acercó y puso su mano en el hombro de Percy.

—Percy no puedes entrar allí… debes dejar que nos encarguemos nosotros ahora —Apolo extendió sus manos para que Percy la entregara, tratando de romper la tensión que se había creado, asi como la desconfianza evidente en la mirada de Percy.

—Percy… —susurro su padre tratando de sacarlo de su estado de shock.

—No… no quiero que se vaya —suspiro derramando lágrimas de dolor mientras se aferraba con fuerza a la niña rubia.

—Percy es necesario —Apolo volvió a ofrecer sus brazos para sostener el cuerpo de Annabeth y esta vez Percy empezó a soltar de a pocos el cuerpo de Annabeth, pero antes de entregarla Percy se acercó suavemente al rostro de Annabeth y susurro algo.

—Adiós WiseGirl —fue todo lo que pudo decir antes de volver a quebrase, pero no dejo que eso le impidiera unir sus labios con los de ella. Se sentían fríos, el sabor de la sangre en sus labios no impido que el mantuviera sus labios pegados a los de ella… No importaba se la tierra, la sangre y la frialdad era lo único que podía obtener de ese beso. —Por favor sean cuidadosos… —susurró a Apolo cuando este la tomo en sus brazos. Apolo sonrió con pesar, mientras el mismo llevaba a Annabeth al interior para ser preparada para la ceremonia que tendría lugar dentro de unas horas.

—Vamos Percy… volveremos cuando sea el momento —Percy asintió lentamente mientras con Poseidón empezaban a caminar rumbo a su cabina.

La gente observaba con dolor a Percy, el héroe del Olimpo caminar con un perfil devastado, no había la sonrisa característica ni mucho menos la felicidad que emanaba usualmente. Thalia fue la primera en acercarse y simplemente abrazarlo, para que ambos rompieran a llorar por un instante, las palabras no eran necesarias, la angustia de ambos corazones era suficiente para entender la naturaleza del abrazo. Grover fue el siguiente y luego cada uno de los miembros de la profecía. Como última persona se encontraba Malcolm, quien no sabía que decir o hacer.

—Lo siento tanto… —el joven de ojos grises hablo a un Percy que se acercó al novio de su novia escondiendo la mirada con vergüenza. Pero fue Malcolm el que primero lo abrazo fuerte, como si quisiera matar todo el dolor que ambos estaban sintiendo.

—Yo lo siento… yo no pude salvarla… lo siento tanto —Percy no dejaba de sentirse culpable de no haber podido hacer algo para mantener a salvo a Annabeth, y aunque él sabía que no hubiera podido hacer nada no podía dejar de sentirse inútil. Malcolm sacudió fuertemente tratando de sacarlo de su autocompasión.

—No… no Percy… ella te amaba… te amaba tanto que no permitirá que te sintieras culpable por algo que no podías remediar —Percy le sonrió a alguien por primera vez agradeciendo el esfuerzo por animarlo y sacarle la tristeza profunda.

—Padre… no puedo estar aquí —la tristeza era obvia para el rey de los mares, asi que decidió que romper un poco las reglas estaba bien.

—Vamos —luego desaparecieron desvaneciéndose en la brisa marina.

Mientras tanto todos empezaban a preparar todo para la ceremonia de la noche. Algunos como Travis simplemente desaparecieron del radar. Solo Katie era capaz de saber dónde estaba, pero aún le entristecía no poder hacer nada por el hijo de Hermes. Sentía una extraña atracción por él, con todo y sus travesuras, a pesar que a veces era objeto de sus bromas, pero aun asi detrás de esa puesta en escena ella sabía que había un chico tímido y con buenos sentimientos. Pero ahora no sabía qué pasaría con Travis, el dolor era tan grande que él simplemente se había perdido de la realidad. Sería algo que ella no podría hacer sola, necesitaría de todos sus amigos, para mostrarle que aún había cosas por las que vivir, personas por las cuales sonreír, que no todo había terminado. Pero necesitaría tiempo. Y ella estaba dispuesta a esperar.

Durante la noche el viento soplaba con fuerza, todos sabían que en parte dependía por la presencia estoica de Percy, quien luchaba por no derrumbarse. Poseidón había hablado con Percy con respecto a lidiar con el dolor lo mejor que pudiera, que no podía dejarse al abandono y vivir esperando la muerte. Percy entendió que eso sería romper su promesa y trato con todas sus fuerzas soportar el peso del dolor.

Uno a uno, fueron pasando los miembros de las distintas cabañas, para dar algunas palabras en honor a sus hermanos caídos. Algunos simplemente recordaban anécdotas como los de la cabaña de Apolo. Will aún permanecía convaleciente, por lo que no pudo hablar, pero pidió estar en la ceremonia, aunque fuera en una camilla. Las hijas de Afrodita lloraban desconsoladamente por algunas de sus hermanas, asi como por Drew también. Jason tuvo que contener a Piper, quien sentía mucho la muerte de alguna de sus hermanas, tanto del lado romano como griego. Jason y Reyna hablaron en nombre de los romanos para ambos lados. Eran costumbres distintas en relación a los funerales, pero hubo respeto por las costumbres griegas. Malcolm y algunos de sus hermanos tuvieron palabras para algunos hijos de Atenea caídos, pero habían acordado no hablar de Annabeth porque sabían que Percy querría hablar por ella. Solamente dejaron al costado de su pira algunos elementos que ella siempre llevaría con ella a excepción de su gorra de los yankees que pretendían entregar a Percy para que el hiciera los honores.

Cuando Travis se aproximó hacia donde estaba la pira de su hermano saco de su bolsa un set de maquillaje, todo el mundo miró de manera extraña al hijo de Hermes que les dirigió una sonrisa falsa, mientras las lágrimas caían sin que nada pudiera controlarlas.

—Nuestra última travesura… —susurro y todo entendieron de que se trataba. Algunos soltaron una risa amarga, pero todos entendieron cuanto dolor estaba experimentando al despedirse de su hermano.

—Estoy seguro que Connor es feliz de que no olvidaste eso —Katie quien se mantuvo a su lado todo el tiempo le dio un pequeño apretón en la mano. Travis no quería ser grosero ni mucho menos alejar a Katie de su lado, asi que le dio una pequeña sonrisa sincera, mientras ella secaba con su mano un par de lágrimas de su mejilla.

—No sé cómo —la frustración estaba carcomiendo al joven semidiós, que trataba de contenerse, pero no sabía cómo, no sabía cómo despejar su mente de algo inevitable. Su hermano ya no estaba más a su lado.

—Shhh… encontraremos la forma de seguir adelante… todos encontraremos la forma de seguir adelante —Katie lo abrazo suavemente mientras se alejaban de la pira de Connor que empezaba a arder lentamente. Las lágrimas aumentaban a medida que las llamas consumían más y más el cuerpo de su hermano, asi como la mortaja de la cabaña de Hermes.

Finalmente, cuando todas las piras menos una ardía el joven semidiós de ojos verdes empezaba a hacer su camino junto con Thalia y Grover. No era fácil para Percy pensar en que iba a decir. O como iba a contener sus emociones para no causar una catástrofe. Pero intento contenerse lo mejor que pudo. Poseidón estaba junto con el grupo de los dioses. La mirada estoica de Atenea no era de rabia, era más una represión del dolor que sentía al haber perdido a su hija predilecta. Los vientos empezaron a azotar la playa y el mar empezó a agitarse a medida que a Percy se le notaba ansioso y desesperado, hizo falta que Poseidón interviniera para controlar lo que Percy no podía mantener bajo su control.

—Perdón… yo simplemente no puedo controlar algunas cosas por ahora —Percy se disculpó torpemente mientras algunos temían que las cosas se salieran de control. —Antes de la batalla tenía una idea de lo que quería que fuera mi vida en adelante… sueños… promesas… anhelos de una vida diferente… Annie… ella tiene… tenía todo eso que yo buscaba en mi vida —Percy apretó los puños donde se podía ver un papel, pero al parecer su discurso ensayado no era lo suficientemente bueno como para leerlo. —Y decirle adiós… es sin duda la cosa más difícil que tengo que hacer… porque fue parte de mi vida desde que llegue aquí… porque compartimos cosas que nadie más ha compartido… porque ella podía ver a través de mi torpeza, porque podía leerme como nadie puede—Grover puso su mano en el hombro de Percy para darle su apoyo, Percy trago saliva antes de continuar. —Las últimas palabras de Annabeth para mi… bien podrían ser para todos nosotros… aún queda mucho que hacer aquí… ella no quería que me revolcara en mi autocompasión, no quería que estuviera llorando, ni que me sintiera tan miserable como me siento ahora, pero estoy seguro que entiende que no pueda evitar sentirme asi… creo que si nos duele tanto perder a la gente que amamos… es por eso… porque las amamos… y yo amaba a Annie… más de lo que alguna vez pude decírselo con palabras —la voz de Percy se mezclaba son sollozos y ahogamiento de sus palabras, pero no podía para ahora, porque no podría encontrar el valor de seguir adelante.

—Todos lo hicimos… —Percy se giró para ver a los chicos de la profecía, asi como a algunos más que habían compartido aventuras con él en los últimos años. Sintió que su corazón se partía. Porque el apoyo que le brindaban no era suficiente para borrar el dolor que sentía.

—Cuando se hable en los futuros años de Annabeth Chase, que se diga que peleo con todas sus fuerzas hasta el final… que hizo más de lo que se le pidió… que amo a su familia… el campamento y a mí con tanta pasión que duele… que digan de mi WiseGirl que siempre tenía un plan… para todo —todos sollozaban. Y finalmente Atenea derramo un par de lágrimas. Hestia se encargó de consolar a la diosa de la sabiduría. —Esta gorra la acompaño todos estos años… fue una forma en que su madre cuido de ella… y debe seguir con su dueña —Atenea asintió antes las palabras de Percy y entonces él supo que estaba en paz con la diosa de la sabiduría. Un gran peso se liberó de sus hombros. —Adiós Annie… adiós mi WiseGirl… aunque no nos volvamos a reunir seguirás estando en mi corazón —esas palabras sonaron tan amargas que conmovieron a todo aquel que las escucho.

—Adiós Annabeth —una sola voz se escuchó despidiendo a la hija de Atenea antes de que Percy depositara la gorra sobre el pecho de Annabeth y luego junto con Thalia y Grover dejaran caer la antorcha sobre la pira funeraria de ella. El fuego consumía no solamente el cuerpo de Annabeth sino el futuro que había planeado con ella… sería difícil pensar en el futuro de ahora en adelante.

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