Aleph caminaba con una bolsa de bocadillos en una mano y una pequeña lata de refresco en la otra. Masticaba distraídamente mientras sus ojos vagaban por los escaparates, los puestos de recuerdos y los anuncios flotantes de comida callejera.
[Maestro, ¿cree que ingerir bocadillos salados, dulces y picantes al mismo tiempo sea una buena idea?]
La voz de Burroughs resonó con su tono impasible en su mente.
"Si sabe bien, nada más importa." Pensó Aleph con una expresión perezosa, le venía bien después de la visita anterior y todos esos problemas.
Sin nada más que hacer se sentó en una banca cercana y comenzó a revisar todos los mensajes que se habían acumulado.
[1167 Mensajes sin leer.]
"¿Huh?"
Su mirada se posó en una serie de mensajes, casi atragantándose con un trozo de pastel de arroz en el proceso mientras se reía.
¿Sampo enserio creía que era tan ingenuo para caer en sus estafas?
Pero, esta bien, amablemente invertiría parte de sus fondos para darle un poco de apoyo.
No había que olvidar que Sampo había sido tan generoso como para darle varios retos cuando todavía estaba en Underworld.
[Aunque esos retos le dieron mas consumibles que otra cosa, y no es que los haya usado tan seguido...]
"Pero aún así los use y fueron bastante útiles ¿Verdad? ¿O no me ha ayudado mucho el vino rojo?"
[Buen punto.]
Su mirada se posó en otros mensajes.
[Bronya: "Me preguntaba si... te interesaría asistir al Festival de Belobog... ¡Por supuesto la invitación es extendida a todos los miembros del Expreso Astral! Sería un honor... Y personalmente, me gustaría mucho que vinieran todos."]
Aleph suspiró.
"¿Los demás querrán ir? Les haría falta un buen descanso, se que probablemente 7 de Marzo y Stelle digan que si ¿Pero Welt y Himeko? Dan Heng probablemente deba ser arrastrado con nosotros si quisiéramos evitar que se quedase en el Expreso."
[¿Sigue considerando viable aceptar la invitación y hacer que todos asistan, Maestro?] Preguntó Burroughs.
"...Sí. No sería correcto rechazarla, además extraño Underworld." Pensó Aleph mientras comenzaba a tratar de idear una manera de hacer que Dan Heng si acepté asistir. "¿Tal vez podría golpearlo en la cabeza y arratrarlo por el camino?"
Mmm que idea tan tentadora.
Mientras pensaba esto, mordió distraídamente otro bocado de su pastelillo.
Y fue entonces que una sensación rara lo asalto.
Un cosquilleo leve en la nuca.
Sin girarse, chasqueo la lengua cuando reconoció la sensación.
Alguien lo seguía.
[Por el momento parece ser que sólo están observandolo. ¿Como procederá? ¿Golpear, evadir o conocer?]
"Hay que molestarlos un poco, veamos cuan persistentes son." Pensó Aleph con una pequeña sonrisa.
Dejó que sus pasos cambiaran. Tomó rutas más estrechas.
Se movió de un lado a otro casi sin detenerse.
Y finalmente se adentró en un pequeño laberinto de callejones alejados del tráfico principal.
Sus perseguidores no dudaron en seguirlo.
Aleph tarareo una cancioncita mientras seguía caminando.
"Muuuuy bien... vamos a ver qué clase de idiotas son."
Tomando un último sorbo de su refresco, se giró en seco hacia un callejón lateral, entrando en su sombra.
Cuando llegó al centro de la intersección entre varios callejones, se detuvo.
Dejó caer la lata vacía, el sonido metálico retumbando en el silencio.
Se quedó quieto. Esperando.
Y no tuvo que esperar mucho.
Un joven, no parecía mucho mayor que él, de cabello negro alborotado y una chaqueta que parecía más grande que su propio cuerpo.
Tenía vendas atados en sus brazos y en parte de su cuello.
Sonreía de forma despectiva, como si creyera que tenía el control de la situación.
Aleph lo miró en silencio preguntándose qué era lo que quería.
El otro dio un paso al frente y habló mientras soltaba un jadeo, parecía que realmente le había costado seguirle el ritmo.
"Finalmente te tengo ¿Sabes lo problemático que has sido de perseguir? Hombre, que dolor de trasero."
Aleph no respondió.
El joven rió entre dientes, sacando un colgante con un símbolo brillante con un triángulo con un ojo estilizado en el centro.
"Somos Los Iluminatis." Anunció con confianza mientras inflaba el pecho con altanería. "Y tú... estás demasiado cerca de los objetivos de nuestro jefe."
Las palabras del tipo hicieron que frunciera el ceño.
¿A que demonios se refería?
Como si entendiera la pregunta no formulada el joven asintió y procedió a presentarse.
"Soy Mark, actualmente un teniente bajo el servicio de Lord Alcides." Comentó mientras se cruzaba de brazos. "¿Por que no sigues el Código, hermano? ¿Sabes cuántos han querido subirse al Expreso Astral para estar rodeado de esas bellezas, de Dan Heng y el Señor Welt Yang?"
El chico siguió parloteando, mientras Aleph lo miraba sin comprender.
Hasta que mencionó que el líder ya había apartado y seleccionado como objetivo a Stelle, 7 de Marzo, Kafka...
Y que como un novato debía respetar el pedido del líder ya que si no esté le haría la vida difícil de formas que el nunca podría llegar imagínarse.
Que estaba bien que como reencarnado o transmigrador novato fuera ambicioso, pero que el líder estaba en un nivel completamente diferente como para enfrentarlo.
Aleph escuchó en silencio y sin hacer preguntas.
La cara del joven se llenó de confusión ¿Por que no había la típica expresión de sorpresa y comprensión que solían tener los nuevos luego de que les hablará?
¡Habia hecho trabajo de reconocimiento y reclutamiento desde hace ya tres años y nunca le había pasado esto!
No pudo evitar rascarse la cabeza con nerviosismo. No era uno de esos idiotas con habilidades sacadas de Jujutsu Kaisen o Naruto que se creían OP ¿Verdad? Siempre era un dolor de cabeza hacerlos entrar en razón.
¡Uno incluso había cometido la estupidez de enfadar a un Emanador!
Ugh las bajas fueron brutales ese día.
Finalmente cuando pareció que había terminado, Aleph habló por primera vez.
"¿Eso es todo?"
Con una voz llena de indiferencia.
Mark fruncio el ceño.
¿Acaso tenía que poner a este tipo en su lugar?
Bueno, que más da, ya lo había hecho antes ¿Por que no una más?
Con movimientos rápidos de su mano invocó un Shuriken gigante hecho de agua.
Aleph ni siquiera pestañeó.
Con un chasquido de sus dedos el Shuriken se congeló por completo.
Mark parpadeo tontamente, antes de pasarlo de mano en mano.
"¡Frio, frío, frio!" Chillo con lágrimas en los ojos mientras parecía que jugaba a la papa caliente.
La expresión de Aleph permaneció imperturbable, pero si uno mirara con más atención, notaría como sus cejas temblaban.
"... ¿Enserio me preocupe por este tipo?" Se preguntó.
[No se confíe Maestro, tal vez sea una mente maestra tratando de engañarlo con un acto patético para que baje la guardia. Dígame ¿No es ese un tropo común?]
Los ojos de Aleph se abrieron como platos, las palabras de Burroughs... ¡Tenian demasiado sentido!
Su mirada hacía Mark se volvió más dura.
"No me engañaras con tus jueguitos." Murmuro.
Mark dejó de frotar sus manos frías para mirar a Aleph con una expresión desconcertada.
¿A que se refería este tipo?
Era lo que parecía decir su rostro.
...
El joven tragó saliva, retrocediendo.
Aleph dio un paso adelante.
"Elige" Murmuró Aleph con indiferencia. "¿En la cara o en los ojos?"
Mark miró de un lado a otro, cuando de pronto sus ojos brillaron al notar algo.
Una voz se escuchó detrás de Aleph.
"¡Kage Bunshin no Jutsu!"
Cinco copias surgieron a su alrededor de un tipo que parecía el ninja más estereotipado posible.
Aleph lo observó durante unos segundos, preguntándose si realmente aparecería alguien fuerte.
Finalmente al ver que nadie más parecía venir, se sintió algo perezoso.
"Jack Frost. Ahora."
Un pequeño círculo mágico de color azul se manifestó y de él, su querido amigo Jack se hizo presente.
"¡Hee-ho!" Exclamó, girando sobre sí mismo.
Una nevada densa y afilada se desató.
Las copias del ninja se desintegraron antes de dar siquiera dos pasos.
Sólo el original quedó de pie, temblando.
"¡Imposible...!" Balbuceó, y los ojos de Mark, quién estaba a su lado perdieron parte de su brillo.
La cara del joven palideció.
El ninja le dio un cierto número de palmadas en el hombro, y pronto Mark recuperó la compostura.
Esa era la señal no verbal para huir.
Saltó hacia las paredes, invocando clones, bombas de humo, cables, kunais, todo lo que sabía hacer.
Pero Aleph no se movió de su lugar.
No lo necesitaba.
Desde las espaldas de Aleph más círculos mágicos aparecieron.
Onmoraki y Wendigo aparecieron.
Trató de trepar por una tubería para escapar por los tejados.
Wendigo saltó y destrozó la tubería de un zarpazo.
Intentó usar clones para despistar.
Onmoraki lanzó una ráfaga de fuego, evaporándolos en el acto.
Finalmente, acorralado, y jadeando, el joven cayó de rodillas frente a Aleph.
Su cuerpo temblaba.
Aleph caminó hasta quedar frente a él.
Mark hace tiempo que ya había huido a una distancia que consideraba segura y usando un dron observó todo.
No pudo evitar chasquear la lengua.
¡El maldito parecía tener poderes basados en DxD!
Lo más probable es que fuera Annhilation Maker por las cosas que invocaba.
....
Aleph se agachó un poco para que sus ojos quedaran a la misma altura y le habló en un tono helado.
[Todo listo Maestro, le ayudare a manejar ilusionista para parecer lo más frío e intimidante posible.]
"Escucha bien, basura."
El ninja no se atrevió a moverse.
"Te perdono sólo esta vez. No porque lo merezcas, sino porque no quiero ensuciar mis manos contigo."
Acercó aún más su rostro.
"Pero si tú... o tu patético club de tarados..." Un martillo gigante de hielo se manifestó en su mano. "...Se atreven a siquiera pensar en si quiera hacer una estupidez como "reclamar" a mis amigos de nuevo... Lo único que encontrarán será un iceberg. Uno mucho más grande que el que hundió el Titanic ¿Entendido?"
El ninja asintió frenéticamente mientras temblaba.
Aleph se dio media vuelta y le hizo un gesto de "shoo shoo".
"Desaparece de mi vista."
El ninja no necesitó más palabras.
Se arrastró como un animalejo asustado, desapareciendo en la sombra de los callejones.
Burroughs habló en su mente.
[Sus habilidades de actuación están mejorando, Maestro. Sólo tiene que intentar contener mejor su risa, si no fuera por que Ilusionista esta ya en la etapa intermedia no habría funcionado en absoluto.]
"¡Genial!" Pensó Aleph mientras caminaba de regreso a donde había Estado antes, con suerte los puestos de comida aún seguían abiertos.
Después de todo había que llevar para Stelle y 7 de Marzo.
************
El aroma dulce de los bocadillos flotaba en el aire.
Dentro de la cocina del Expreso Astral, Aleph tarareaba suavemente una melodía que había escuchado antes.
Luciendo su nuevo delantal, bordado con un Pom-Pom gigante sosteniendo un cucharón, su rostro estaba cargado de solemnidad mientras se encargaba de su misión, preparar algo delicioso para Stelle.
Todavía recordaba lo que paso la última vez cuando se tardo un poco más de la cuenta.
Sólo podía decir, pobre 7 de Marzo, no se merecia tener esas marcas de dientes en sus brazos.
[Maestro.] La voz de Burroughs se escuchó en su mente. [Recomiendo que prepare postres adicionales. Hay altas posibilidades de que Stelle exija más postres y que 7 de Marzo intenté robarselos.]
Aleph soltó una risa baja.
"Ya lo sé, Burroughs... ya lo sé." Pensó mientras giraba su espátula entre los dedos.
La masa para galletas se extendía perfectamente sobre la bandeja. Ya casi había terminado.
Ding.
Su teléfono sonó y Burroughs proyecto el mensaje para que lo pudiera leer.
[Seele: "¡ALEPH!"]
[Seele: "¡No ignores a Bronya, desconsiderado!"]
[Seele: "Desde que vió que leíste su mensaje pero no contestaste ha estado distraída mirando el teléfono lo que resta del día y suspirando."]
[Seele: "¡Ya vi que estas en linea, no te atrevas a ignorarme a mi también o pagarás las consecuencias!"]
[Seele: "¿Estas allí, Aleph?"]
[Seele: "Ahajshsjjjjshsgsu"]
[Seele: "¡No le hagas caso a Seele, Aleph! Solo son suposiciones suyas, se que tu también tienes tus cosas que hacer, perdón por esto. No dejaré que te moleste."]
[Seele: *Sticker de Gepard chibi asintiendo con seriedad*]
Aleph sonrió irónicamente mientras leía todo.
Con todo lo que había pasado con esos Iluminatis se había olvidado de contestar el mensaje de Bronya.
Lamentablemente para él, 7 de Marzo había visto todo.
"Awww ¡Vamos Aleph, dale una oportunidad! ¡Se verían tan tiernos!"
Aleph la miró con un rostro inexpresivo.
"Ya no hay galletas para ti." Comentó con un tono seco y la expresión de 7 de Marzo se congeló por unos minutos antes de que comenzara a aferrarse a él.
"E-Eh ¡No hay necesidad de llegar a tales extremos, Aleph! Sólo era una..."
"No habrá postres para ti durante una semana."
"¡¿Por que?!"
"Dos semanas."
"¡Demonio!"
"Cuatro semanas."
"... ¡NOOOO!" Chillo Marzo con lágrimas en los ojos mientras salía del lugar. "¡Le diré a Himeko, ella detendrá tu tiranía!"
[Maestro.] La voz de Burroughs se escuchó una vez más en su mente. [¿Desea que busque en la lista de "Postres perfectos como acompañamiento para el café" una receta para convencer a Himeko?]
"Eso sería lo mejor." Aleph suspiró antes volver a concentrarse.
Las galletas en forma de mapache que tanto le fascinan a Stelle no se harán solas.
...
Los bocadillos estaban casi listos.
Todo parecía bastante tranquilo, demasiado, lo que le hizo preguntarse qué pasaba.
Naturalmente en este punto 7 de Marzo ya habría arrastrado a Himeko aquí para convencerlo de que no haga algo tan cruel como negarle los postres a una inocente jovencita o lo que sea.
Unos pasos se escucharon cerca.
Se giró hacia la puerta.
Pom-Pom, jadeando, irrumpió como una bala.
"¡¡Intrusos!! ¡Hay tipos raros cerca del vagón exterior! ¡Están armados! ¡Y se ven extraños!"
Aleph no dijo una palabra.
Se quitó el delantal, lo dobló cuidadosamente, y lo dejó sobre la mesa.
Bostezo y estiró un poco lo brazos mientras caminaba hacia la salida.
"Ugh ¿Podrias cuidar de la comida, Pom-Pom? Si Stelle viene deja que lleve su parte, si quiere robar la de los demás no se lo permitas."
"¡No te preocupes, Aleph! ¡Conmigo aquí todo estará seguro!"
**********
Aleph no tardó en llegar al exterior.
Un grupo de unos veinte en total estaba reunido frente a la entrada del Expreso Astral. Cada uno parecía salido de una comicon.
Llevaban armaduras exageradas, capas brillantes, peinados que parecían sacados de FF, y armas que se veían más como accesorios de cosplay que otra cosa.
Y todos, sin excepción, portaban una insignia de un triángulo dorado con un ojo abierto en el centro.
Aleph se llevó una mano a la frente.
"¿De verdad...?" Murmuró.
"¿Soy tan poco intimidante, Burroughs?" No pudo evitar preguntarse.
[Creo que lo hizo bien, demasiado bien. Ya sabe, Maestro. Así como los bichos van hacia las trampas eléctricas para insectos, ellos parecen haber venido por usted.]
Un sujeto dio un paso al frente.
Tenía cabello verde fosforescente peinado en un mohawk, vestia una armadura tan abultada que parecía incapaz de mover los brazos sin ayuda.
Lo peor de todo es que era de los que se veían más normales.
Se aclaró la garganta.
"¡Tú!" Señaló a Aleph con un dedo adornado con un anillo que parecía de bodas. "¡En nombre de los Iluminatis, exijo que entregues el Expreso Astral, sus ocupantes y todos los tesoros que posean!"
Una risita se escapó de uno de sus compañeros.
"¡Y no olvides a las chicas!" Gritó otro más atrás, ganándose algunas carcajadas.
Otro gritó.
"¡Yo quiero al chico de cabello negro! ¡Dan Heng es muy guapo, y si entra en su forma IL todavía más!"
Hubo vítores y silbidos.
Aleph no pudo evitar mirarlos con una expresión vacía.
"Estos... tipos ¿Son... reales?" Olvídate de pelear, olvídate de siquiera comenzar a hablar con ellos. Aleph con sólo estar así de cerca de ellos sentía la necesidad de ponerles no menos de veinte órdenes de restricción.
"¡Aleph!" La voz de 7 de Marzo se escuchó detrás. "¿Quienes vinieron? ¿Son los de las entregas, ya tienen las cosas que ordene?"
"No, Marzo aparentemente son fanáticos de Dan Heng." Comentó mientras creaba un bate de hielo y comenzaba a recubrirlo con Zionga.
"Oh ¿Dan Heng tiene fanáticos? Bien por él ¡Pero seguro que no son tantos como los míos!" Comentó, sonaba bastante orgullosa.
Aleph sólo pudo sonreír irónicamente.
"Creo... Creo que este no es el tipo de fans que te gustaría tener."
....
"¡Deja de darnos mala fama ante la boba rosa!" Exclamó un tipo que parecía salido de JoJo.
"¡¿A quién le dices boba rosa?!" 7 de Marzo se cruzó de brazos y le dirigió una mirada intimidante. "Aleph ¿Quienes son estos raritos?"
El tipo se puso una mano en el pecho, parecía que en lugar de intimidarlo como pretendía, 7 de Marzo hizo que cayera aun más con su encanto.
"Gente rara Marzo, gente rara y mala."
Mark dio un paso adelante.
"¡Vamos, no seas malo! ¡Ríndete! ¡Te daremos una membresía de por vida en nuestro club de cervezas artesanales! ¡Tienes potencial, chico!"
Aleph levantó su bate y pronto lo golpeó en el suelo.
Una corriente eléctrica se extendió y pronto los que no fueron lo suficientemente atentos fueron paralizados por la descarga.
Y a los que escaparon a tiempo...
Con otro movimiento del bate de hielo.
Un viento los azotó, haciendo que salieran volando por el aire.
Entonces, Aleph habló.
"Voy a darles una sola advertencia."
Estos idiotas no sólo habían interrumpido su tiempo en la cocina.
Si no que incluso para empeorarlo hicieron que quedará todo desprotegido para que Stelle pudiera robarselos.
¡Imperdonable!
Los Iluminatis lo miraron.
7 de Marzo sacó una bolsa de papas fritas y comió mientras observaba, Aleph parecía bastante molesto.
"Den media vuelta y desaparezcan." Dijo Aleph. "Olviden este día. Olviden que existo. Olviden siquiera haber pensado en acercarse al Expreso Astral."
Una carcajada estalló desde las filas de los Iluminatis.
"¿Y si no queremos, qué? ¿Nos vas a regañar? ¡Solo tuviste suerte mocoso, ahora que ya sabemos lo que puedes hacer ni creas que volverá a ocurrir!"
Aleph se pasó una mano por la sien ¿Enserio que le pasaba a esta gente?
[Increíble, y yo creía que las personas más estúpidas que tuve la mala suerte de presenciar serían el Maestro, Stelle y 7 de Marzo.] Ni siquiera Burroughs pudo quedarse en silencio.
"¡Oye!" Gritaron tanto Aleph como 7 de Marzo.
Aleph pronto tosio en su mano.
"En ese caso..." Dijo mientras extendía los brazos.
Los Iluminatis parpadearon, confundidos.
"¡Espero que tengan un buen seguro médico bastardos!"
Luego de su grito los Iluminatis miraron hacía arriba...
Una tormenta de granizo del tamaño de sus cabezas los recibió.
"¡Jajajaja!"
La oscuridad se trago sus conciencias mientras escuchaban de fondo la risa malvada de Aleph.
*******
Dan Heng pronto apareció.
"... ¿Que pasó aquí? Me voy por unas horas y cuando regresó hay un montón de personas inconscientes."
Aleph se estiró perezosamente.
"Problema menor." Dijo.
"Por cierto ¿Como te fue? ¿De quien era esa carta?"
7 de Marzo corrió hacia él, plantándose frente a la pila de gente con expresión de incredulidad.
"¿"Problema menor"? ¡Esto parece el final de una mala película de acción! Bueno, aunque sólo los golpeaste un poco... Y también técnicamente ellos se lo buscaron."
Dan Heng ignoró a Marzo y simplemente se encogió de hombros.
"Fue... una experiencia extraña, se podría decir que la carta vino de parte de una "vieja amiga"."
"¿"Vieja amiga"?" La Expresión de 7 de Marzo se volvió juguetona mientras se volteaba hacía Dan Heng.
El Vidyadhara suspiro.
"No, no esa clase de amiga, Marzo."
"Hmph. Que aburrido eres."
"Mi vida no es para tu diversión."
***********
Una hora más tarde…
Todo el equipo del Expreso Astral se encontraba reunido en el vagon de fiestas.
Stelle tenía un plato con galletas en sus manos, 7 de Marzo sostenía una bolsa de palomitas, y Dan Heng parecía tener la expresión neutral de siempre. Pom-Pom, Welt y Himeko observaban en silencio, con una mezcla de curiosidad y desconcierto.
"Eh ¿Estas seguro de que esta es la forma correcta de dar un informe? Puedo ver a Dan Heng mirándote feo por no hacerlo de la forma usual."
"¡No te preocupes, Marzo! Puede que en la escuela mis calificaciones estuvieran por debajo del promedio y puede que no aprobará un solo examen en todo el año..."
"¡No creo que eso deba ser algo de lo que estar orgulloso! ¿Y por qué lo ayudas Stelle?"
"¡Pero definitivamente puedes contar con mis habilidades artísticas y para contar una historia!" Contestó Aleph.
"Mi marioneta es linda." Ella parecía bastante complacida, más aún al ver el pequeño Jonathan en manos de la marioneta.
"¡Esa no era la pregunta! Aunque la pequeña yo, si que quedó muy bonita."
"Hmph ¡Por supuesto! ¡Algo creado por mi, el gran Aleph, naturalmente será de la más alta calidad!"
....
Frente a todos ellos, Aleph se aclaró la garganta con teatralidad, vestido con una capa ridículamente brillante que había hecho para la ocasión y un sombrero de copa.
"¡Damas, caballeros y Dan Hengs del público!" Dijo, señalando a su izquierda. "¡Les presento El Gran Teatro de Marionetas Avesta! Una recreación fidedigna, imparcial y sin exageraciones del viaje por el Luofu, narrada con absoluta objetividad y genialidad."
"Eso no suena nada objetivo…" Murmuró Dan Heng.
"¡Shhh! El show ya comenzó." Le susurró Stelle, visiblemente emocionada.
Aleph levantó una sábana que servía como telón. Del otro lado, se alzaba un pequeño teatrillo armado con cajas, cinta adhesiva, y una cantidad preocupante de brillantina y purpurina.
Primero apareció una marioneta que claramente era él, solo que con el pelo más puntiagudo y un bate diez veces más grande.
"¡Oh, no! ¡Un misterioso poder ha perturbado el equilibrio del Luofu! ¡Y sólo yo, el apuesto y muy humilde Aleph Avesta, puedo resolverlo!"
La marioneta agitó su bate hecho de cartón envuelto en papel aluminio.
7 de Marzo casi se atraganta con las palomitas.
"¡¿Y donde estamos nosotros?! ¡No hiciste todo sólo! ¡¿Sabes?!"
"¡Silencio en la audiencia!" Aleph señaló con un bastón que había "pedido prestado" de Welt. "El arte exige libertad. Y tu palabra queda desestimada por ser seguidora del Enigma."
"¡Eso no tiene sentido!"
"¡Tu cara no tiene sentido!"
Luego apareció una marioneta de Dan Heng. O al menos, eso se suponía. Tenía ojos medio dormidos dibujados y una lanza hecha de un palillo de brocheta. Su rostro era completamente inexpresivo.
"Debemos actuar con cautela." Dijo Aleph con voz grave, imitando a Dan Heng.
Dan Heng alzó una ceja.
"¿Eso se supone que soy yo? Además yo aún no había salido del Expreso Astral."
"Sí, bastante fiel a la realidad ¿no?" Intervino Stelle.
"… Mi marioneta parece una lagartija con mi ropa."
"¡No cuestiones mi visión creativa, Dan Heng!"
....
Siguieron las apariciones de las marionetas de Tingyun, Yukong representada por un búho con lentes de sol, y Jing Yuan una figura con una melena de estambre y un pequeño letrero que decía "Demasiado guapo para estar aquí".
"¡Capturen a la misteriosa intrusa Kafka!" Gritó Yukong con voz indignada.
"¡En marcha!" dijo la marioneta de Aleph. "¡A patear traseros elegantes y acariciar colas y orejas raposianas!"
"... ¿Ni siquiera te molestas en ocultar tus verdaderos deseos?" Murmura Marzo mientras lo escuchaba.
Las siguientes escenas fueron un desfile de locura.
Persecuciones tras pistas crípticas de Kafka, un enfrentamiento en el que por alguna razón la marioneta de Marzo acabó con el cabello como un nido de pájaros y una aparición estelar de Fu Xuan que descendía del techo amarrada con cuerdas y confeti, y finalmente, la entrada al Sanctum de la Exaltación, representado por una caja de zapatos con luces de bengala encendidas.
Pom-Pom le lanzó una mirada que casi parecía decir "si quemas el Expreso, te lanzo yo mismo afuera."
Después vino la escena de la comida.
"¡Por fin, paz y comida!" Gritó la marioneta de Aleph, que cayó de rodillas frente a un plato dibujado en papel.
"¡Oh no, no tengo créditos!" Chilló, abrazando a la marioneta de 7 de Marzo, quien sacó una tarjeta dorada con la palabra "Generosidad" escrita.
Stelle levantó un puño, parecía bastante molesta.
"¡Y entonces llegaron esos raritos encapuchados a arruinarnos la comida!"
La marionetas de los Sanctus Medicus tenían vendas rojas.
Luego siguió Tingyun tentada por la comida, y un dragón furioso hecho de botellas de plástico apareció sobre todos.
"¡Yo solo quería comer en paz!" Gritó Aleph mientras lanzaba su marioneta sobre el escenario en modo torbellino.
"Himeko...¿Por qué le permitiste a Aleph hacer esto?" Murmuró Welt en voz baja.
"Mmm parecían estar bastante estresados después de todo lo que paso y yo quería escuchar que hicieron en el Luofu." Himeko tomó un sorbo de su cafe. "Aunque nunca espere que este fuera el resultado de lo que Aleph prometió que sería su... "Informe especial"."
Tras una breve pausa para pegar con cinta los restos del escenario, apareció la marioneta de Qingque, representada con una pieza de Mahjong y una bolsa de snacks.
"Bienvenidos a la Comisión de Adivinación. Ahora no molesten, tengo que ganar para poder comer mañana."
Se narró el ataque a la entrada, el Árbol de Ambrosía (una planta de interior decorada con luces LED), y finalmente la escena íntima en la sala de interrogación.
Kafka fue representada con una marioneta elegante de cabello morado que hablaba con voz seductora.
"Ha pasado mucho tiempo, joven extremadamente guapo que de ninguna manera conozco." Dijo ella.
La marioneta de Aleph se quedó congelada.
Todos notaron el cambio de tono.
Un segundo después, una explosión con confeti verde y dorado sacudió el teatrillo.
"¡El árbol revive! ¡Sanctus Medicus lo logró! ¡Entramos oficialmente en la fase de…!" Aleph hizo una pausa.
Pom-Pom aplaudió una vez. "Eso fue… algo."
Finalmente, la marioneta de Aleph se arrodilló ante un peluche de Stelle.
"Gracias a mis increíbles compañeros, y mi absolutamente nada cuestionable toma de decisiones bajo presión, sobrevivimos. Pero lo más importante… aprendimos algo."
Se giró hacia el público.
"¿Qué aprendimos?" Preguntó Welt, intrigado, Aleph se había ganado un par de puntos por hacer que su marioneta fuera un robot con estilo.
Aleph hizo una pausa, bajó el telón con lentitud, y luego asomó la cabeza por debajo de él con una sonrisa.
"Que nunca dejes la cocina sola con Stelle cerca."
"¡Objeción, esa lección es completamente carente de significado y falsa!" Gritó Stelle desde el fondo, aunque todavía tenía migajas en la boca.
"¡Y con esto el final del primer acto!" Gritó Aleph.
**********************************************************************************************
Omake: Terapia de shock
Acto 1: Por la ciencia
En el interior de la oficina de de Herta.
Herta, la genio autoproclamada de la estación (y a quien nadie se atrevía a contradecir por miedo a despertar convertidos en tapetes parlantes), estaba de pie frente a una gran pantalla táctil, cruzando los brazos con suficiencia.
"El Proyecto Psique 404 está listo." Anunció, con una sonrisa más propia de una villana de caricatura que de una científica responsable. "Estudiar el funcionamiento emocional y mental de los humanos que portan Stellarons sin volverse papilla. Debo admitir que tenía mis dudas cuando sugeriste este proyecto pero ha demostrado ser bastante fascinante como un pasatiempo para entretenerse entre trabajos."
A su lado, Ruan Mei asintió.
"Una exploración al subconsciente humano bajo estímulos inducidos... ¿Crees que sigan siendo útiles como conejillos de Ind... quiero decir, sujetos experimentales válidos luego de esto?"
"Mmm no tengo idea, pero eso es lo bueno de los experimentos ¿Verdad?" Dijo Herta, apretando un botón que mostraba las imágenes de Stelle y Aleph, desprevenidos, en una sala contigua. "Por eso va a ser tan divertido."
Tornellum, ofrecio su punto de vista sobre el proyecto.
"¿No deberíamos, como mínimo, informarles?"
"¿Y arruinar la naturalidad de las reacciones? ¿Tú también quieres matar a la ciencia, Tornellum?" Pregunto Herta con una ceja alzada.
"Solo quiero evitar una demanda."
"Pfff. Que lo intente alguno de ellos. Legalmente están comprometidos, firmaron algo una vez aceptaron ingresar por primera vez en el Universo Simulado. Todo legal, lo revisé con los abogados de la enana rosa."
"¿La Srta. Asta?"
"Si si, como sea que se llame."
Ruan Mei le ofreció a cada uno de los sujetos un pastelitos especiales. Aleph, como siempre, tomó el suyo con una sonrisa y lo comió lentamente. Stelle, en cambio, lo devoró en dos bocados sin siquiera preguntar.
"¿Tenía chispas? Estaba rico."
....
Cinco minutos después, ambos cayeron redondos como piedras.
"Y ahora…" Dijo Herta mientras soltaba un bostezo. "Que comience el show."
En la pantalla, la simulación se activó.
Una nueva zona del Universo Simulado, bautizada como "PSIQUE 404", se desplegó con un zumbido de carga.
Fragmentos de recuerdos, símbolos abstractos, emociones reprimidas y terrores sin forma comenzaron a tomar forma en paisajes distorsionados por sus propios subconscientes.
"Las condiciones están óptimas." Anunció una de las numerosas marionetas de Herta. "Sujetos sumergidos. Latidos acelerándose. Ondas cerebrales alteradas. Diagnóstico: comienza la experiencia emocional intensa."
"Excelente." Comentó Ruan Mei. "Ahora veamos quién llora primero."
Mientras la pantalla mostraba cómo los sueños comenzaban a tomar forma, Herta dio un paso atrás, orgullosa, como si hubiera pintado una obra maestra.
"La ciencia no se detiene ante la moral." Sentenció. "Tal vez no obtengamos nada de esto, pero al menos será decente como entretenimiento para pasar el rato. Eso ya puede considerarse un pequeño éxito ¿Verdad?"
.....
Acto 2: Quedarse atrás duele
Stelle abrió los ojos.
Parpadeó un par de veces mientras se incorporaba lentamente del sofá. Todo brillaba más.
"¿Eh...? ¿Dormí tanto?" Murmuró, rascándose la cabeza.
"¿Dónde… estoy? ¿Esto es Belobog después del festival? No… está demasiado limpio."
Todo a su alrededor brillaba con colores vibrantes, como sacados de una serie animada con buen presupuesto. Caminó por el pasillo del vagón con una extraña sensación de ligereza. Fue entonces cuando notó los retratos colgados en las paredes, imágenes de la tripulación...
Todos, claramente más adultos y maduros.
Dan Heng tenía la apariencia elegante de un príncipe de un drama de esos que a veces mira con 7 de Marzo, pero con un peinado más insostenible por las leyes de la física. Parecía un modelo de portada para colonias de alto lujo. Estaba rodeado de flores, autógrafos y lo que parecían cartas de fans.
"¿Qué rayos...? ¿Fan club de Dan Heng?"
Había anuncios de 7 de Marzo teniendo un evento en la ciudad saludando a fans.
En la transmisión de la radio encendida incluso se hablaba sobre el lanzamiento de su nueva línea de maquillaje.
[March 7th - Timeless Radiance.]
Himeko seguía siendo la misma… solo que ahora era piloto de carreras en ropa de cuero por alguna extraña razón.
Mmm los lentes oscuros y el nuevo peinado le sentaban bien.
Welt Yang seguía igual. Welt siempre ha sido Welt.
Antes de poder reaccionar del todo, escuchó una voz grave a su espalda.
"Stelle, al fin despiertas."
Y Aleph…
Stelle se quedó en silencio cuando lo vio.
Se giró de golpe. Su corazón se detuvo.
Era Aleph. Pero... no el Aleph que conocía.
Este era más alto, con la espalda recta, cabello ligeramente más largo y una expresión calmada, madura... y sexy.
"¡Aleph!" Gritó con alivio, y se lanzó hacia él como siempre, buscando subirse a su regazo y rodearlo con los brazos.
Pero esta vez, él se apartó con una sonrisa tranquila.
"Ya creciste, Stelle. Ya no necesitas eso, ¿verdad?"
La frase le cayó como una bofetada. Se quedó allí, suspendida en medio del aire, sintiendo cómo una grieta se abría en su pecho. Miró sus manos. Sus piernas. Su reflejo en una placa metálica cercana.
Seguía igual.
Stelle sintió cómo una vena le palpitaba en la sien.
"¡¿Qué demonios está pasando aquí?!"
La misma altura. La misma ropa. El mismo rostro que le valía sobrenombres como "semi-loli", como Aleph bromeaba. Solo que ahora... ya no sonaba a broma.
"Pero... ¿qué pasa? ¿Por qué todos están... distintos?"
Aleph acarició su cabeza como si fuera una niña pequeña.
De alguna manera le dolió más de lo que hubiera sido sí él hacía uso de palabras condescendientes.
"Es normal. Todos crecemos. Incluso tú, a tu manera."
Quiso decir algo, protestar, morderle la mano si era necesario. Pero antes de que pudiera responder, escuchó una risa suave.
Allí estaba, bajando por las escaleras del vagón estaba Bronya. Se veía como una verdadera dama elegante, e incluso tenía un aire extrañamente maternal pero lo que realmente atrajo su mirada fue el modo en que Aleph se acercó a ella. Cómo la rodeó con el brazo, cómo la miró con ese cariño... ese cariño que antes parecía ser exclusivamente suyo.
Y entonces lo vio.
Un anillo.
En la mano izquierda de Aleph. Y otro igual en la de Bronya.
"¿No es muy temprano para que despierte la pequeña dormilona?" Dijo Bronya con una sonrisa amable.
Stelle sintió que el mundo se tambaleaba.
Como un golpe final, una niña corrió hacia ellos. Tenía la elegancia natural de Bronya, pero ojos dorados idénticos a los de Aleph. Su cabello era largo y pálido, y sonreía con la misma expresión tonta que Aleph hacía cuando estaba feliz.
"¡Papá! ¡Papá, mira lo que dibujé!"
Aleph se agachó y la alzó con facilidad, dándole un beso en la frente.
"Una artista de verdad. ¿Dónde aprendiste a dibujar tan bonito?"
La niña rió, encantada. Bronya se acercó a ambos, rodeándolos en un abrazo familiar.
Stelle no supo cuándo cayó de rodillas.
"No... no puede ser... Esto no puede ser real..." Susurró.
Pero nadie la escuchó.
Ella solo era... la adorable Stelle. La eterna niña del Expreso.
La mascota más querida después de Pom-Pom.
"¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!"
El silencio que le siguió a su grito pronto fue extinguido por Sunday tocando música triste un tanto desafinada con un violín.
Un mapache con una ropa sospechosamente idéntica a la suya paso caminando a lo lejos con un ramo de flores que parecía tener un bate escondido dentro.
"Go, do a Crime." Le dijo antes desaparecer.
********
Corte a la oficina de Herta.
Ruan Mei tarareaba mientras hacia otra anotación en su libreta.
"Respuesta emocional intensa, expresión de inseguridad, trauma de autoimagen… Esto es bastante entretenido."
Herta comia papitas mientras veía todo.
"¿Ves? Te dije que esto sería más entretenido que las pruebas de resistencia a campos gravitacionales con Arlan o que ayudar a Tornellum con el Universo Diferenciado."
*********
Acto 3: Duckpocalypse Now
Aleph abrió los ojos de golpe.
Tosió polvo, humo y… ¿plumas? Se incorporó jadeando y miró alrededor.
Estaba en medio de un campo de batalla de apariencia post-apocalíptica, cubierto de cráteres, escombros y estatuas destruidas de héroes caídos…
Que extrañamente parecían patos.
De pronto, un mono musculoso, con cicatrices, gafas de sol y un puro en la boca, le dio un golpe en la espalda tan fuerte que casi le saca el alma.
"¡Vamos, soldado!" Gritó el mono, con voz grave. "¡Los patos están ganando terreno!"
Aleph apenas pudo reaccionar cuando el cielo rugió y decenas de dirigibles con forma de pato gigante surcaron las nubes, lanzando bombas con forma de huevo que estallaban en "cuac" sónicos al impactar.
"¿Qué caraj…?" Balbuceó Aleph con los ojos tan abiertos como platos.
De pronto, una pantalla gigante emergió del suelo como si fuera Times Square, y en ella apareció un pato general, con gorra soviética, cicatriz en un ojo y un puro a juego.
"¡AVESTA!" Tronó la voz del pato, con acento ruso exagerado. "¡SUCIO TRAIDOR A LA MADRE PATRIA! RÍNDETE O ENFRENTARÁS EL PODER DE LA PARVADA."
Aleph parpadeó dos veces. Luego tres. Luego una cuarta, por si acaso.
"¿Pero qué…?"
"¡No tenemos tiempo, soldado!" El mono lo sacudió. "¡Vienen los Mononators!"
A lo lejos, comenzaron a avanzar gorilas con ojos rojos y partes cibernéticas, parecían imitar los movimientos de Rambo mientras disparaban rayos láser de sus manos metálicas.
Aleph apretó los dientes y activó su magia.
O al menos eso intentó.
El guantelete emitió un "CUAC".
Luego otro. Luego una melodía de patito de goma mientras la pantalla mostraba una carita feliz con pico.
"No… no, no, no…" Susurró.
¿Por qué no podía usar su magia?
¡Ni siquiera necesitaba de Burroughs para hacerlo!
Intentó abrir el menú.
CUAC.
Intentó invocar a Oni.
CUAC CUAC.
"¡Burroughs!" Gritó desesperado. "¡¿Qué carajos está pasando?!"
La voz de Burroughs surgió… pero no como había esperado.
[Oh, querido Aleph, valiente y audaz, si buscas mi ayuda… ¡qué fallo tan tenaz!]
"…No empieces."
¿Que era este terrible sentimiento que comenzaba a aparecer en su pecho?
[Los patos llegaron, de pluma y acero, y ahora estás solo… ¡qué sueño tan fiero!]
"Burroughs…"
[Y si un consejo, tu adorable IA debe dar abraza la locura… o aprende a nadar.]
"…Me rindo."
Aleph se lanzó a una trinchera, abrazando sus piernas en posición fetal mientras el caos rugía a su alrededor.
"Sabía que eran demasiado inteligentes…" Susurró, temblando. "Lo sabían todo… desde el principio… esas plumas… esos ojos fríos… ¡esos malévolos y condenados patos!"
Aleph murmuro numerosas maldiciones mientras la música épica y dramática aumentaba.
En la cima de una torreta, un pato bailarín de breakdance giraba sobre su cabeza, lanzando chispas y poses increíbles, mientras el mundo ardía a su alrededor.
...
Acto 4: Colapso
En su oficina, Herta observaba la simulación en la pantalla gigante con una expresión neutral…
A su lado, Ruan Mei fruncía el ceño.
"¿Enserio todavía son útiles... en este estado?" Preguntó.
Herta se giró lentamente, sin apartar los ojos de la pantalla.
"Mmm ¿A que te refieres? ¿A la disociación emocional de la idiota insegura o la guerra interestelar de aves en la que participó el zoquete?"
En la pantalla, Stelle estaba encogida en un rincón de su simulación, abrazando un peluche de Aleph con fuerza mientras sus lágrimas caían sin cesar y montones de bolsas con dinero y otras cosas estaban a su alrededor.
"Prometo… prometo ya no desvelarme… prometo tomarme toda la leche… hic…" Murmuraba entre sollozos, meciéndose como una niña abandonada.
En otra ventana, Aleph estaba atando explosivos caseros a su cuerpo, mientras un mono con casco le ayudaba a ajustar los cables.
"Esto es por ustedes… por los caídos…" Susurró con mirada perdida. "Por Oni. Por Nappea. Por todos los hermanos que cayeron en batalla y por ti Chimpan Heng."
En la esquina, Tornellum cruzó los brazos.
"Interesante, tan sólo han pasado unos minutos y sus mentes parecen estar al borde del colapso total."
Ruan Mei ladeo la cabeza.
"Sra Herta, esto es demasiado. Si siguen así, sus mentes colapsarán por completo y no obtendremos ningún dato útil."
Herta asintió, inexpresiva.
"Hmm… supongo que es una firme de verlo." Herta ladeó la cabeza. "Bueno, yo solo quería ver qué pasaba."
Tornellum soltó un suspiro mecánico.
"¿Y si… los sacamos?"
"¿Ahora?" Herta parpadeó con desconcierto. "¿Justo cuando la idiota está considerando unirse a una secta terrorista y el zoquete planea bombardear la base principal de los patos al ritmo de breakdance?"
Todos miraron la pantalla.
En ese momento, Aleph subía a una motocicleta blindada, con un pato disecado amarrado en el frente como trofeo. La música sonaba mientras aceleraba directo hacia el dirigible central, gritando.
"¡Venganza, plumiferos!"
Mientras tanto, Stelle abrazaba aún más fuerte su peluche, sus ojos habían ganado un brillo peligroso.
"Quiero… quiero volver al regazo de Aleph… quiero que me cargue… quiero que me llame bonita… quiero…" Murmuro mientras el peluche en sus brazos estallaba por la fuerza con la que lo apretaban.
Herta se encogió de hombros.
"¿Quién diría que los humanos con Stellarons serían tan… frágiles?"
Tornellum masajeó su frente metálica.
La pantalla titiló, alarmas comenzaron a sonar.
SISTEMA SIMULADO: INESTABILIDAD CRÍTICA. COLAPSO EN 10… 9… 8…
Herta miró su reloj.
"Oh, bueno. Supongo que los despertaremos antes de que el Universo Simulado implosione."
Ruan Mei suspiró, derrotada.
"Al final no pudimos sacar nada bueno de esto."
Los tres se voltearon para ver un último plano de Aleph, surcando el cielo en su moto explosiva, con los brazos abiertos, gritando.
"¡Cuac esto, malditos!"
********
Stelle abrió los ojos de golpe, respirando agitadamente, como si acabara de despertar de un sueño febril. Sin pensarlo dos veces, se lanzó sobre Aleph, abrazándolo con fuerza, enterrando su rostro en su pecho.
"¡No te acerques a Bronya o juro que te golpeo hasta que este irreconocible, Aleph!" Exclamó entre jadeos, sus ojos todavía llorosos.
Aleph no respondió de inmediato. Estaba sentado en silencio, mirando al vacío con una expresión que no era ni tristeza ni miedo, sino algo más allá. Sus ojos dorados, normalmente brillantes, eran ahora opacos, distantes… vacíos.
Un escalofrío recorrió a Stelle al ver su rostro. Lentamente, inclinó su oído hacia él.
Apenas, como un susurro arrastrado por un viento espectral, Aleph murmuró.
"No los dejes entrar… los patos… los patos recuerdan…"
Stelle retrocedió un paso, palideciendo.
Desde su oficina, Herta escribio tranquilamente en su tablet, con una expresión bastante calmada.
"Conclusión preliminar: fracaso rotundo."
A su lado, Ruan Mei suspiró largamente, apoyando una mano en su frente.
"Creo que… mejor los dejamos en paz por un tiempo. No son… recuperables aún."
.....
De vuelta en la Estación Espacial, Stelle y Aleph caminaban juntos y en silencio hacia el comedor, ambos con las ojeras de una semana sin dormir, arrastrando los pies, con el alma medio ausente.
Al entrar, Himeko los esperaba junto a la máquina de bebidas, con una sonrisa cálida y dos tazas humeantes.
"Chicos… vengan. Les preparé chocolate caliente."
Sin decir una sola palabra, ambos se sentaron junto a ella, aceptando las tazas como si nada.
Himeko los observó con preocupación.
"¿Quieren… hablar de lo que pasó?"
Stelle y Aleph se miraron un instante. Luego, al unísono, negaron con la cabeza.
"Nadie va a hablar de esto. Jamás." Dijo Stelle, tomando un sorbo del chocolate.
Aleph solo murmuró, aún con la mirada perdida.
"Nadie."
Sin que nadie lo supiera un pato con gorra soviética flotaba en el vacío del espacio, observándolos fijamente.