A varios kilómetros del lugar, en un campo abierto y tranquilo, David, Sofía, Lilian y Moisés descansaban tras correr durante horas. El cielo estaba despejado, y por un momento todo parecía en calma... hasta que los teléfonos comenzaron a vibrar con insistencia.
Lilian (leyendo):
-Mi mamá... "¿Dónde estás? ¿Estás bien? Saliste en las noticias."
Moisés (frunciendo el ceño):
-Mi tía: "¿Qué es ese video? ¿Volviste a meterte en problemas, Moisés?"
Aunque nadie los había visto directamente, los drones de Redmire y Cresthaven habían transmitido imágenes en vivo desde el bosque. El video no mostraba sus rostros, pero sí captaba su silueta en la zona antes del desastre. Eso bastaba para sembrar dudas.
Sofía (murmura):
-Nuestros familiares no están seguros de que fuimos nosotros... pero sospechan. Eso duele.
David (apuntando al celular):
-¡Miren! Están transmitiendo en vivo lo que pasó en el bosque. ¡Pongan atención!
El grupo se acerca, con el corazón acelerado. La transmisión mostraba un cráter humeante y algo moviéndose entre los árboles... algo que no era humano.
Lilian (casi en susurro):
-¿Eso... es lo que causó todo?
La historia apenas comenzaba.
Los policías y los investigadores caminaban lentamente por el campo. La tierra ennegrecida y el aire pesado eran lo único que quedaba donde antes había un denso bosque. No había árboles. No había rastros. Ni siquiera había señales de radiación, lo cual solo hacía que creciera la incertidumbre.
Oficial 1 (mirando su medidor):
-No hay nada... ni una firma de energía, nada.
Oficial 2 (resignado):
-Es como si algo hubiera borrado todo... sin dejar huella.
Mientras tanto, a cierta distancia, Lilian observaba la escena con el ceño fruncido.
LILIAN (con voz cansada):
-Debemos irnos. Lo mejor será volver a nuestras casas y ver qué sucede después...
DAVID (mirando alrededor con desconfianza):
-Sí, antes de que esto se nos salga más de control... o alguien empiece a señalarnos otra vez.
SOFÍA (con tristeza):
-Ya no quiero que la gente me mire como si fuéramos los culpables. No lo somos...
LILIAN (mirando a Moisés, inconsciente):
-David, encárgate de llevar a Moisés a su casa. Asegúrate de dejarlo en su cama. Aún no despierta, pero... déjalo dormir un poco más. Lo necesita.
DAVID (asintiendo con seriedad):
-Claro, cuenta conmigo. Yo me encargo.
La tarde se apagó entre rumores y susurros que recorrían las calles como viento. Nadie sabía exactamente qué había pasado, pero todos hablaban como si supieran. La lengua se cansó de tanto repetir historias sin sentido, y poco a poco, la ciudad comenzó a retomar su rutina... un día más.
En otro punto de la ciudad...
Karla, Clarence y Stiven comenzaban a despertar tras horas de reposo en el laboratorio central. Sus médicos, atentos, los recibían con una mezcla de alivio y precaución.
Doctor (con tono sereno):
-Despierten con calma. Les daremos algo de comida y luego hablaremos... hay cosas que deben saber.
Clarence (desorientado):
-¿Qué pasó...? ¿Fue real todo eso?
Karla (frunciendo el ceño):
-¿La explosión? ¿El temblor...?
Doctor:
-Sí. Todo fue real. Y ocurrió esta misma tarde. Pero tranquilos... ahora están a salvo.
Stiven (mirando a sus manos):
-¿Y los demás? ¿David, Lilian, Moisés, Sofía...?
Doctor (mirando a otro médico con preocupación):
-Ya hablaremos de ellos. Primero, coman algo. Esta noche será larga.
Mientras Moisés sigue dormido profundamente, sus padres y demás familiares lo descartan de cualquier conexión con el incidente de la madrugada. Su aspecto tranquilo y agotado no levanta sospechas en casa, aunque eso no es suficiente para todos.
Lilian, Sofía y David, en cambio, no tienen tanta suerte. Desde la mañana, han estado respondiendo preguntas incómodas, tanto de sus propios padres como de las autoridades. Dos agentes de policía han llegado con preguntas directas, sosteniendo el video de la pelea ocurrida en la ciudad vecina semanas atrás como prueba.
Policía 1:
-Ya sabemos que ustedes estuvieron allí. ¿Qué estaban haciendo realmente en esa ciudad?
Sofía (nerviosa, pero firme):
-Fue un error... solo estábamos en el lugar equivocado. No sabíamos que iba a pasar eso...
David (interrumpe):
-¿Qué tiene que ver eso con lo que pasó anoche?
La incomodidad crece. No hay pruebas directas que los vinculen al ataque reciente, pero el ambiente es tenso. Mientras tanto, Carlos mantiene el perfil bajo. Para su familia, sigue siendo el mismo chico calmado y tranquilo, sin nada que ocultar. Pero la realidad es otra. Carlos ya domina por completo la invisibilidad y ha comenzado a planear cómo reunirse con sus amigos sin dejar rastros digitales.
Sabe que cualquier mensaje de texto o llamada sería rastreado de inmediato.
Carlos (pensando):
"No puedo escribirles... tengo que hacerlo a la antigua. Si quiero llegar a ellos, será en persona."
La noche cae lentamente. En medio del silencio de la ciudad, dos figuras avanzan con dificultad por las calles casi vacías. Son Elías y Rosa. Ambos sienten un malestar creciente: dolores de cabeza, mareos, debilidad muscular. Habían pensado ir al hospital, pero algo los empuja hacia el bosque en lugar de buscar ayuda.
Confundidos por el dolor y con la mente nublada, toman una ruta poco transitada, sin darse cuenta de que han evitado, casi por instinto, los drones de vigilancia de Redmire y Cresthaven que patrullan la zona.
Mientras tanto, en los laboratorios de Cresthaven, Karla, Clarence y Stiven se encuentran en recuperación. Aun con sus cuerpos debilitados, los tres reciben una transmisión privada que solo ellos y los mayores de las ciudades pueden ver. Es una grabación tomada desde uno de los drones durante la pelea en el bosque.
Allí, entre sombras, se ve con claridad un instante impactante: Moisés enfrentándose con la silueta morada.
Clarence (con voz débil, sorprendido):
-Ese... es Moisés. ¿Cómo llegó ahí?
Karla (frunciendo el ceño):
-¿Y esa silueta? No es ninguna de las que conocemos...
Stiven:
-No puede ser... ¿cuántos más como nosotros hay?
Los mayores de Cresthaven y Redmire ya han comenzado a analizar los datos del enfrentamiento, y aunque no tienen claro quién es la silueta morada, lo que sí saben es que su poder está fuera de lo común. Cada nuevo dato alimenta su teoría principal:
"La mayoría de los habitantes de Velkan... podrían ser especiales."
Mientras tanto, en el laboratorio de Redmire...
Karla, Stiven y Clarence ya están al tanto de lo ocurrido. Aún recuperándose, sienten el impulso de actuar. Están decididos a salir esa noche. Pero al otro lado del bosque, Rosa y Elías, que intentaron investigar por su cuenta, han colapsado. El cansancio, la radiación en el aire y la confusión fueron demasiado. Ambos yacen desmayados entre hojas y ramas húmedas, sin que nadie aún los haya encontrado.
En casa de Moisés, sus padres solo se asomaron para asegurarse de que seguía dormido. No cenó, no habló, solo se encerró en su cuarto. Pensaron que estaba agotado. No sabían lo que realmente había vivido.
Mientras tanto, Lilián, Sofía y David también habían llegado a casa en silencio. Antes de dormir, fueron interrogados por sus padres, preocupados por los rumores de un extraño incidente en el bosque. -¿Estuvieron allí? -les preguntaron varias veces. Pero ellos negaron todo. Guardaron el secreto... por ahora. Luego, subieron a sus habitaciones, sin decir una palabra más. No sabían qué pensar, solo querían descansar.
En el laboratorio...
Karla, Stiven y Clarence ya están casi totalmente recuperados. Sus trajes están listos, sus armas cargadas. Van rumbo a la salida para comenzar su patrullaje nocturno.
Clarence
-Todo listo. ¿Salimos?
Stiven
-Sí. Quiero ver con mis propios ojos el punto exacto de la explosión.
Karla
-Yo también. Estuve viendo algunos videos en línea, pero ninguno muestra nada útil. Todo está manipulado o editado.
Cuando están por salir, notan una puerta entreabierta. Dentro, dos doctores conversan sin saber que hay oídos muy atentos al otro lado.
Doctor 1
-Ya está listo. El Mayor de Redmire y el de Cresthaven estarán más que satisfechos.
Doctor 2
-Sí. Esto podría ser la clave para defendernos de esas criaturas. Lo que logramos con los tres es solo el principio.
Doctor 1
-Aunque... me gustaría saber más sobre cómo el cuerpo de Karla, Stiven y Clarence reaccionó así. No es normal.
Doctor 2
-A mí también. Pero no tenemos tiempo. Debemos dar el informe cuanto antes.
Ambos doctores se alejan en dirección contraria. Los tres jóvenes, aún algo confundidos, se apuran en retomar su camino antes de ser vistos.
Karla
-¿Escucharon eso?
Stiven
-Sí... "Clave para defendernos de esas criaturas"... ¿a qué se referían?
Clarence
-Y ese "resultado especial" de nosotros... No me gustó cómo lo dijeron.
Deciden guardar silencio por ahora. Hay demasiadas preguntas, y necesitan ver el terreno con sus propios ojos. Salen del laboratorio y, sin perder tiempo, despegan hacia Velkan. Esta noche, algo los espera en ese bosque. Algo que cambiará aún más sus destinos.
En medio de la madrugada, Karla, Clarence y Stiven recorren el lugar donde ocurrió la explosión. El humo se ha disipado, pero las cicatrices en el suelo y las estructuras todavía están presentes.
Clarence
-¿Cómo pasamos de defendernos... a causar esta destrucción?
Stiven
-Ni siquiera sabíamos que éramos capaces de hacer algo así. Todo fue tan rápido...
Karla
-Y esa silueta... Esa cosa morada... Nunca la habíamos visto antes. No estaba cuando empezó todo, pero apareció justo cuando más caos había.
Los tres guardan silencio por un momento, mirando en dirección al cráter ennegrecido que antes era una zona de entrenamiento. El silencio pesa.
Karla
-¿Y si no fue un accidente? ¿Y si esto fue parte de algo más?
Clarence
-No podemos saberlo... al menos no por ahora.
Mientras ellos intentan procesar lo ocurrido, los mayores de Redmire y Cresthaven se preparan para la siguiente fase del proyecto R. Aún sin dormir, reciben a los encargados del laboratorio con carpetas llenas de información.
Encargado del Proyecto
-Señores, los resultados de las pruebas están aquí. Esta tarde podrán ver los nuevos modelos de robots. Han sido mejorados en fuerza, autonomía y capacidad de respuesta.
Los ojos de los mayores brillan. Mayor Cresthaven asiente con una leve sonrisa.
Mayor Cresthaven
-Por fin algo que nos devuelva el control.
Mayor Redmire
-Esta vez no fallaremos.
La promesa de la tarde los mantiene despiertos. Deciden no regresar a dormir. Demasiado está en juego.
Karla, Stiven y Clarence, abrumados por las preguntas y la impotencia, regresan al laboratorio de Cresthaven.
Stiven
-Necesitamos dormir. Procesar todo esto despiertos no nos está sirviendo.
Karla
-Sí... quizá mañana las cosas tengan más sentido.
Clarence
-O quizá despierten más preguntas. Pero por ahora... sólo quiero cerrar los ojos.
Mientras los demás se preparan para una mañana agitada, ellos se dirigen a tener un profundo sueño, intentando encontrar algo de paz en medio del caos.
En un laboratorio oculto, lejos del alcance de Cresthaven y Redmire, el Dr. Fabián recibe nuevas imágenes de su infiltrado.
Ayudante
-Doctor, llegaron las últimas fotos... Esto fue en Redmire y Cresthaven. Mire cómo avanzan...
Fabián observa las imágenes detenidamente, sin alterar el tono de su rostro.
Dr. Fabián
-Mmm... No me preocupa. Yo también estoy a punto de liberar a mi creación...
Ayudante
-¿Está seguro? Se ven muy poderosos... bueno, al menos para mí lo son...
Dr. Fabián
-Sígueme.
Caminan por un pasillo largo, con luces intermitentes y puertas selladas. Al final, una puerta más reforzada que las demás, con un solo letrero metálico grabado: PROYECTO 26.
Fabián teclea en su computadora, desactivando los últimos sellos.
Dr. Fabián
-Está listo... Estoy emocionado.
Con un pitido final, la compuerta se abre, liberando una nube densa de vapor blanco. Del interior de la cámara emerge una figura. Primero una mano enorme, luego un pie... hasta que una silueta imponente sale por completo.
JF-26
-Genial... Dígame, señor Fabián, ¿cómo va el plan?
Dr. Fabián
-Te pondré al tanto.
El ayudante, aún sin comprender lo que ve, retrocede un paso.
Ayudante
-¿Cómo... es posible...? Es el doble de alto que usted... y esos músculos...
JF-26 da un paso adelante con firmeza, su voz resonando en las paredes del laboratorio.
JF-26
-Lo siento si te sorprendo, señor. Pero... me despertaron muy temprano.
Dr. Fabián
-(sonríe de oreja a oreja) Justo a tiempo...
El ayudante no puede hablar. Sólo observa cómo el Proyecto 26 camina entre otras cámaras selladas, donde más siluetas esperan ser despertadas.
FIN DEL CAPÍTULO 22