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Mobuseka – No Está Tan Mal el Mundo Otome

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Synopsis
Kael Varnes fue un genio incomprendido en su vida pasada. El mayor inventor del mundo, sometido a crueles experimentos y encerrado en una mazmorra sin esperanza hasta que murió a manos de enemigos invisibles. Pero justo antes de su fin, un enigmático ser conocido simplemente como "el Visionario" le ofrece un extraño trato: tres regalos para un pasado que Kael no comprende del todo, y la oportunidad de empezar de cero.
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Chapter 1 - Capítulo 1: El Prisionero de la Ciencia

Desde que abrí los ojos por primera vez, supe que no estaba vivo para vivir. Estaba vivo para ser usado. No conocí los juegos ni los cuentos de hadas. Solo conocí el frío del metal, el olor de los químicos y las voces sin rostro que me hablaban como si no fuera más que una herramienta.

Fui parte de un proyecto. Un experimento.

Desde recién nacido, me separaron de todo lo que pudiera llamarse infancia. Moldearon mi cuerpo, manipularon mis sentidos, y forzaron mi mente con entrenamientos interminables. Me encerraron en un calabozo helado, donde el gris era el único color que existía. No había juguetes, ni libros, ni siquiera materiales para crear. Solo me entregaban papel y lápiz, esperando que llenara páginas con planos, fórmulas, teorías… No porque creyeran en mí, sino porque necesitaban robar mis ideas.

Yo era "el genio". El mejor inventor del mundo, decían. El niño que podía cambiar el futuro. Pero nunca me dejaron soñar con uno para mí. Su miedo era más fuerte que su admiración. Por eso, cuando me volví demasiado peligroso, decidieron encerrarme para siempre.

Pero antes de ese encierro, no estuve del todo solo. Tuve... amigos. Una chica brillante, temeraria, con una sonrisa que con una sonrisa tan fuerte que me hacía olvidar el encierro, y un chico silencioso, astuto, que entendía el dolor sin necesidad de palabras. Ellos también eran sujetos de pruebas, igual que yo. Nos unimos por necesidad, por empatía, por esa loca esperanza de libertad. Me buscaban, me hablaban, me hacían reír... incluso cuando no sabía cómo hacerlo.

Y sé que se acercaron a mí porque creían que, juntos, podríamos escapar. Porque creían que yo tenía la clave para romper nuestros grilletes. Y sí, una parte de mí también quería liberarlos.

Pero cuando me encerraron definitivamente, cuando me arrojaron al rincón más oscuro del complejo… descubrí que ellos ya no estaban. Habían escapado. Habían usado mis ideas, mis inventos, mis locuras para huir. Y no me llevaron con ellos.

Quizá lo hicieron por mí. Quizá creyeron que así me protegerían. Quizá fue egoísmo. No lo sé. Solo sé que me dejaron atrás.

Los años de soledad me rompieron. Día tras día, mi esperanza se marchitaba. Ya no tenía fuerzas ni siquiera para sentir. Cuando el veneno comenzó a corroerme desde dentro, supe que estaba cerca del final.

Y entonces apareció él.

No tenía rostro. No tenía cuerpo. Era como una sombra entre las sombras. Como una televisión sin señal. Lo llamé "el Visionario".

No sabía qué era. No sabía si era real. Pero sus palabras encendieron algo dentro de mí. Algo que creía muerto.

"Recibirás un amigo"

Me quedé en silencio. ¿Un amigo? ¿Qué clase de amigo? ¿Cómo podía elegir el género de alguien que aún no conocía? No sabía qué hacer con esa información. Sin embargo, sin pensarlo demasiado, respondí.

—Si es hombre, sería un buen hermano. Si es mujer, una amistad confusa... porque las mujeres son incomprensibles. Que sea el destino el que decida.

El Visionario asintió, como si ya supiera lo que iba a decir a continuación.

"Además", continuó, "ese amigo se encontrará en un espacio secreto, al que solo tú podrás entrar, salvo que mueras."

Mis pensamientos estaban tan nublados por el cansancio y el veneno que apenas pude procesar sus palabras. Y luego, por fin, me ofreció algo que parecía aún más extraño que todo lo demás: una nueva vida en un lugar llamado Otome Game.

¿Qué significaba eso? No lo entendía. Pero algo dentro de mí, una curiosidad apagada por años de sufrimiento, despertó. ¿Sería esta mi oportunidad? ¿Mi oportunidad de escapar de este ciclo infinito de dolor y manipulación?

No sabía qué me esperaba, pero en ese momento, todo lo que pude hacer fue asentir. No importaba si comprendía lo que significaba o no. Algo en mi interior me decía que debía hacerlo.